La actitud, el verdadero talento
La actitud, el verdadero talento
Pierre Oriola, jugador de baloncesto profesional, no aparece en los medios de comunicación ni en las redes sociales por su talento (que lo tiene), sino por otros aspectos aparentemente menos “brillantes” como son su actitud, su profesionalidad o su valor humano. Estas virtudes se hacen patentes en diversos ámbitos:
- En la pista destaca por su rol basado en la entrega, capacidad de sacrificio y máxima actitud.
- En los momentos en que es suplente, lo hace sin dejar de aportar al equipo: apoyo, consejo y lo más importante, sin una mala cara y sin ningún reproche.
- En las relaciones sociales muestra su valor humano. Lo hace evidente con acciones como la de regalar libros a sus compañeros de equipo en la diada de Sant Jordi, con un doble objetivo, acercarles a la cultura catalana y apoyar al sector de las librerías afectado por la crisis de la pandemia. https://www.lavanguardia.com/deportes/20200423/48688151513/oriola-regala-libros-a-sus-companeros-quiero-ayudar-a-las-librerias.html
- Ante la prensa utiliza siempre un discurso centrado en la autocrítica y en la posibilidad de mejora.
Todos estos talentos ocultos del jugador le han llevado a ser nombrado capitán y a liderar el equipo por delante de otras grandes estrellas de baloncesto.
¿Y por qué he querido hablaros de él? Porque su figura la podemos extrapolar a cualquier equipo de trabajo que gestionemos. Debemos despertar talentos como el de Pierre Oriola y fomentar cualidades que ayuden a establecer y mantener buenas relaciones creando un buen ambiente de trabajo.
Muchas veces las empresas relacionan exclusivamente el talento con currículums basados en la trayectoria académica, en habilidades muy técnicas y con alta capacidad de discurso, mientras que otros perfiles profesionales pasan desapercibidos. Éstos, definen a personas que muestran diferentes aptitudes personales: responsabilidad, empatía, compromiso, capacidad de trabajo en equipo, buena comunicación y gran adaptabilidad a nuevas situaciones incluso priorizando las necesidades del equipo a las suyas propias.
Es verdad que las empresas saben que estos profesionales existen y son necesarios, pero a menudo no les dan visibilidad, no les permiten crecer, ni ser los verdaderos “capitanes de equipo”, ya que consideran que la función que ejercen es suficiente.
En mi opinión, hay que apostar por personas cuyo valor no sólo vaya asociado a resultados académicos y profesionales, ya que la realidad y la interacción con los demás nos obliga a desarrollar otro tipo de competencias, habilidades y valores, claves en un equipo de trabajo. El objetivo debería ser el destacar estos perfiles, dotándolos de mayor responsabilidad y a la vez acompañándolos para que puedan liderar un proyecto. Si lo hacemos, no dudéis, será el mejor camino para obtener grandes resultados.
Un antes... y un después
Un antes… y un después
Un lunes cualquiera y después de 15 años trabajando, el despertador no suena para decirme: “levanta que hay que ir a currar”. Te encuentras ante una sensación muy extraña con mezcla de sentimientos intensos que te conducen a pensar que lo has perdido todo.
Después de unos días de duelo y ante la nueva situación de incertidumbre que supone empezar una nueva vida, hice una reflexión sobre qué había hecho y también, por primera vez, qué quería hacer.
No fue un reto fácil, ya que tuve que borrar el miedo, dejar mi baja autoestima atrás y cambiar ciertos objetivos como gustar a todo el mundo o seguir un guión que yo no había escrito. No encontraba ni fórmulas, ni instrucciones para volver de nuevo al camino, pero repasando toda mi experiencia anterior (entrenando equipos de baloncesto, asesorando clientes o gestionando equipos de trabajo), me di cuenta que en todos ellos había un denominador común: formar, comunicar y transmitir. Era el momento de evolucionar.
Este nuevo desafío me ha llevado a focalizar la mirada en proyectos donde se prioricen las personas y los equipos, proyectos coherentes con mis valores y que permitan mantener mi esencia y naturalidad. Ahora mi trabajo está enfocado en la consultoría y en la formación en empresas, tanto en contenidos técnicos (sector eléctrico, procesos de atención al cliente…) como en habilidades comunicativas y de gestión de equipos, utilizando una metodología dinámica y participativa basada en transmitir de forma sencilla, práctica y empática.
Os puedo asegurar que el camino vale la pena, es una aventura en la que he descubierto grandes tesoros: habilidades personales sin potenciar, seguridad en mí mismo, mirada abierta y flexible…
Este post es una reflexión personal con el objetivo de facilitarte el camino si te encuentras en una misma situación. ¡Espero que te ayude a valorar tu antes y visualizar tu después!
¡Bienvenidos a mi web!
¡Bienvenidos a mi web!
El día que me plantearon hacer una web, me surgieron muchas preguntas como “¿qué contenido debe incluir?”, “¿cuál es el propósito de la página?”, “¿a quién puede interesar?”…, muchas dudas y pocas respuestas.
Pero era el momento de enfrentarse a un nuevo reto que me ayudaría a seguir creciendo en esta nueva etapa. Es ahí cuando la mente se empieza a despejar, las ideas empiezan a surgir y no sabes cómo, llegas hasta aquí.
Esta web presenta un proyecto con una visión muy personal y unos objetivos muy simples:
- Contar mi propia experiencia, en la que he aprendido que a veces hay que tomar decisiones valientes, salir de tu zona de confort y dar un giro para dibujar un nuevo camino profesional.
- Mostrar mi perfil profesional, enfocado a ayudar a las empresas en el ámbito de la formación, desde un nivel más técnico como el sector eléctrico, hasta un nivel más emocional como las habilidades comunicativas y la gestión de equipos.
- Compartir ideas, artículos u opiniones, que me aporten valor y que puedan ayudar a reflexionar a quién lo lea.
Si os apetece, entrad y dadle un vistazo. ¡Cualquier opinión y comentario serán bienvenidos!